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jueves, 7 de abril de 2022
EXTRAÑO
Montañas Y Llanuras Encontradas 660 Km Debajo De La Corteza Terrestre
PorExtraño60s 6 De Febrero De 2022 29420
Un equipo de geólogos ha detectado una capa en medio del manto terrestre, hasta ahora desconocida, cuyas características recuerdan a las de la superficie del planeta.
En la escuela no enseñan que la Tierra se divide en tres capas, que son la corteza, el manto y el núcleo, que a su vez se divide en núcleo interno y externo. Un esquema básico y certero, pero que sin embargo deja fuera otras capas más sutiles que ahora los científicos empiezan a identificar en el interior profundo de nuestro planeta.
Un buen ejemplo es el estudio publicado esta semana en Science, en el que los geofísicos Jessica Irving y Wenbo Wu, de la Universidad de Princeton, en colaboración con Sidao Ni, del Instituto de Geodesia y Geofísica de China, consiguieron utilizar ondas sísmicas de gran terremoto en Bolivia para localizar, a 660 kilómetros de profundidad, un nuevo “manto” que les ha dejado boquiabiertos: una cadena montañosa, muy parecida a las de la superficie.
Para observar qué sucede a tal profundidad, los investigadores utilizaron las ondas más poderosas que existen en nuestro planeta, las ondas sísmicas generadas por terremotos masivos.
Para este estudio en particular, los datos clave se obtuvieron de las olas capturadas después de un terremoto de magnitud 8,2, el segundo más poderoso jamás registrado, que sacudió Bolivia en 1994. “Entonces los terremotos grandes no aparecen muy a menudo –dice Irving-, y ahora tenemos la suerte de tener muchos más sismógrafos que hace 20 años.
Entre estos instrumentos y los recursos computacionales, la sismología de hoy es un campo totalmente diferente a lo que era hace dos décadas »
En este caso, los investigadores utilizaron el grupo de superordenadores Tiger de la Universidad de Princeton para simular el complejo comportamiento de las ondas sísmicas dispersas en las profundidades de la Tierra. La tecnología aplicada para este análisis depende casi por completo de una sola propiedad de las olas: su capacidad para doblarse y rebotar.
Así, de la misma forma que las ondas de luz pueden rebotar (reflejarse) en un espejo o doblarse (refractarse) cuando atraviesan un prisma, las ondas sísmicas viajan directamente a través de rocas homogéneas, pero se reflejan o refractan cuando se encuentran con algún límite o rugosidad.
“Sabemos que casi todos los objetos tienen asperezas en la superficie y, por lo tanto, dispersan la luz”, dice Wenbo Wu, autor principal del artículo. Y esa es la razón por la que podemos ver esos objetos: las ondas de dispersión llevan la información sobre la rugosidad con la que han interactuado. En este estudio, investigamos ondas sísmicas dispersas que viajan dentro de la Tierra para estudiar la rugosidad del límite de 660 kilómetros. “
Los geólogos quedaron sorprendidos por la “rugosidad” de esta nueva capa, que era aún más acentuada que lo que podemos ver en la capa superficial (la corteza terrestre) sobre la que todos vivimos. “En otras palabras”, dice Wu, “en el límite de 660 kilómetros, está presente una topografía más fuerte que la de las Montañas Rocosas o los Apalaches”.
El modelo estadístico desarrollado por los científicos no permitía determinar con precisión las alturas de estas montañas, pero en su artículo aseguran que podrían ser más grandes y más altas que ninguna otra en la superficie de la Tierra.
Además, la rugosidad no estaba uniformemente distribuida. Lo que significa que así como la superficie de la corteza tiene fondos oceánicos lisos y montañas masivas, el límite de 660 kilómetros tiene áreas altas y superficies planas. Para comparar, los investigadores también examinaron una capa de 410 kilómetros de profundidad, en la parte superior de la "zona de transición" del manto medio, pero no encontraron nada parecido. En otras palabras, el equipo de Wu ha descubierto que las capas profundas de la Tierra son tan complejas y variables como las que observamos en la superficie.
Cierta evidencia geoquímica y mineralógica sugiere que el manto superior e inferior son químicamente diferentes, lo que apoya la idea de que las dos secciones no se mezclan térmica o físicamente. Otros, sin embargo, sugieren que estas diferencias no existen, y que todo el manto es homogéneo y sin partes separadas o separadas. “Nuestros hallazgos”, dice Wu, “proporcionan datos concretos sobre este tema”.
Los datos obtenidos, en efecto, sugieren que los defensores de estas dos ideas opuestas pueden tener parte de razón. Entonces, las áreas "más blandas" del límite de 660 kilómetros podrían deberse a una mezcla más completa, mientras que las áreas montañosas y más empinadas podrían haberse formado en lugares donde el manto superior e inferior no se mezclan tan bien.
Pero, ¿qué podría causar diferencias químicas tan significativas en el manto? La respuesta más plausible es que estas diferencias provienen de la introducción de rocas que alguna vez pertenecieron a la corteza, y que ahora yacen tranquilas en las profundidades de la Tierra.
Los científicos se han preguntado durante mucho tiempo sobre el destino de las losas del lecho marino que son empujadas hacia el manto en las zonas de subducción, algo que sucede en todo el Océano Pacífico y en otras partes del mundo. Wu e Irving sugieren que los restos de estas losas ahora pueden estar justo por encima o por debajo del límite de 660 kilómetros.
“La sismología se vuelve más emocionante cuando nos permite comprender mejor el interior de nuestro planeta, tanto en el espacio como en el tiempo”, concluyó Irving.
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